Jotería 1- Ya valió madre

“Ya valió madre” fue mi último pensamiento antes de terminar de caer. No, no mames, no me morí, es peor…me enamoré. “Ya valió madre” fue entonces lo último que pensé antes de caer junto a él en su cama mientras reíamos viendo Star Wars. ¿Te ha pasado?

Ese pinche sentimiento abrumador de que el mundo ya te terminó de perder. Ves la sonrisita cagada del idiota junto a ti y lo único en lo que puedes pensar es en que ya te jodió la vida de la manera más hermosa posible. Las relaciones deberían venir con una etiqueta de ¡Precaución! No se deje al alcance de los niños.

Al enamorarte el mundo te pierde para siempre y te conviertes en un magnifico ciudadano del planeta Carlos o de Sofía o de Eusebio, cómo sea que se llame el imbécil afortunado que te acaba de arruinar la vida.

Pero, puta madre, ya te embarcaste en un viaje con dos opciones; la primera es la que todos esperan tener, el final feliz, un viaje sin regreso…y la otra es el viaje que te vendieron híper perro caro que resultó ser un fraude donde ibas con puro naco, no te dieron nada más que Nescafé descafeinado en las mañanas y el buffet que según iba a estar de “no mames” eran papaya, melón y un jugo verde bien pitero.

Pues, ¿ya qué haces? Ya estás ahí, ya no hay ni cómo rajarse. Todo se acabó, porque acaba de empezar. Porque el Vesubio ya explotó y va directo a joderse a todo Pompeya, no hay cómo saber si va a ser tu peor tragedia o tu más grande éxito.

El amor puede ser peligroso, existen infinitas posibilidades, por ejemplo está la típica pareja de idiotas donde no sabes quién es el más pendejo, si el cabrón por golpear a la vieja o ella por decir que lo ama. Y también está la pareja que es tan perfecta que te da nauseas de tanta jotería, de esos que parece que están cosidos por la costilla los pinches ridículos.

Pero eso no es todo, deja de las posibilidades, piensa mejor en los efectos secundarios de dicho enamoramiento. Desde lo más común como las pendejas mariposas en el estómago que no sabes si es amor o diarrea. Hasta los más terribles como que no lo puedes invitar a que te vea hacer algo importante porque sabes que te vas a poner bien estúpido y vas a arruinar todo. Por eso, amigos, no lo ven hoy aquí, no la vaya yo a cagar.